En cuanto a las baterías de LFP, funcionan mejor con mantenimiento. Operar la batería dentro del rango de temperatura recomendado es vital, considerando que demasiado calor o frío afectará negativamente su vida útil. Gestiona los procesos para evitar la sobrecarga y la descarga excesiva; instala un sistema de gestión de baterías. Si la batería no se va a usar durante mucho tiempo, se recomienda una carga de aproximadamente el 50% como medio para mitigar la degradación. Inspecciona frecuentemente los terminales de la batería en busca de indicios de corrosión o aflojamiento. Adherirse a estos consejos de mantenimiento mejora considerablemente la longevidad y eficacia de las baterías de LFP.